lunes, 2 de marzo de 2009

EL EXPRESIONISMO ABSTRACTO AMERICANO


Un lenguaje nuevo nace en Norteamérica en la década de los cuarenta: el Expresionismo Abstracto. Surge del cambio mental de un hombre impactado por los terribles acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Es un momento de crisis, de cambio a nivel mundial; la existencia, se vive como trágica.

La técnica pictórica sufre transformaciones y aparecen nuevos modos de ejecución. Se busca un arte nuevo, emancipado de las corrientes europeas y de cuño americano.

Es el expresionismo abstracto norteamericano un estilo con dos tendencias:
a) por un lado la pintura gestual que es más expresiva e improvisada y cuyos máximos exponentes son Jackson Pollock, Willem de Kooning, Robert Motherwell y Franz Kline; y,
b) por otro lado, la pintura de campos de color, que es más abstracta, de contenido más transcendental y que plantea el cuadro con amplias superficies de color que absorben al espectador, donde se incluyen Mark Rothko, Barnett Newman, Clifford Still y Ad Reinhardt.

Ambas utilizan, en ocasiones, la técnica "all-over" que consiste en cubrir el lienzo de manera uniforme, como hace Pollock en sus dripping o derrames, pareciendo que la obra quiere expandirse de los límites del propio lienzo. Ambas fueron innovadoras, pero la tendencia gestual fue la que primero impactó al mundo con su osadía y originalidad.

La guerra favoreció el nacimiento del estilo y el cambio estético. Hubo una emigración masiva de artistas europeos a USA, y su presencia y su influencia reactivó el panorama artístico americano y sirvió de detonante a la explosión de expresión artística. Éstos, en su mayoría surrealistas, entraron enseguida en contacto con los artistas neoyorquinos cuya atracción por el contenido surrealista y, en especial, por la técnica del automatismo les llevó a desarrollarla ampliamente, llevándola incluso al límite. Expresar sin la intervención de la razón y sin preocupación estética alguna era una invitación al inconsciente para salir a la luz del lienzo.

El expresionismo abstracto introdujo muchos cambios y novedades en el arte pero, sobre todo, rompió con cualquier clase de tradicionalismo. Una mayor libertad de medios y la necesidad de la expresión interna irrumpió en la escena artística arrastrando todo a su paso y cambiando la concepción del arte una vez más

Este nuevo arte sacrifica la forma para ser más puro. El ilusionismo formal es desterrado en favor de una gestualidad expresiva que arranca de la emoción de un artista que vive su creación intensamente.

La renuncia a la representación planteó una crisis temática. Los artistas sabían lo que no querían hacer, y experimentaron con acierto el automatismo surrealista hasta alcanzar una libertad total y absoluta en cuanto a formas de expresión que les reveló que el verdadero tema era EL MISMO PROCESO PICTÓRICO.


La eliminación del objeto temático no se hizo por razones estéticas, sino para que no obstaculizara el acto de pintar. Se puede prescindir de la forma, color, composición, dibujo, pues no son sino elementos auxiliares, pero no el ritmo ni el drama interno, la vivencia del acto de pintar, fundiéndose así el arte y la vida. Lo que importa siempre es la revelación contenida en el acto. Los artistas querían que la tela fuese un mundo y ésta se les aparecía como "una arena en la que obrar, actuar, más que un campo en el que reproducir, reinventar, analizar o 'expresar' un objeto real o imaginado. La tela sería un espacio para un acontecimiento, no para un cuadro.

Pollock se concentra en el proceso de la pintura como acto ritualista donde las imágenes surgían del acto de pintar. De un sentido simbólico semifigurativo sus telas pasan a ser superficies donde se registra el paso del artista y la energía de su movimiento. De la preponderancia del trazo gestual tipo signo llegará a un gesto o caligrafía goteada cuyo contenido es el resultado de un acto total, libre y dramático.

El arte de Pollock es la acción sin ideas preconcebidas y sin autorrestricciones. La impresión directa, que ofrecía un sentido de inmediatez, era muy valorada y fomentó el gesto por ser una técnica carente de artificio. Así el arte se llena de una espontaneidad formal que en ocasiones es brusca y tensa. Su necesidad le lleva a crear según unos impulsos internos que exterioriza de forma aleatoria. Así, los pintores gestuales no tienen una composición predeterminada, pues el artista tiende a dejarse llevar por un subjetivismo instintivo y creador que construye la obra libre y espontáneamente.

Al utilizar una técnica directa, la mayoría de las veces no había bocetos preliminares, sin ideas preconcebidas para así sentirse lo más libre posible. Pero el cuadro no es una acumulación de gestos azarosos sin ningún control. A diferencia de los surrealistas, para los expresionistas abstractos se trata de establecer un diálogo con la tela que le contesta y le provoca sus siguientes pasos. De esta manera lo gestual, por mucho que quieran hacerlo de manera inconsciente, en su transcurso toma decisiones y elige o rechaza las formas que irán configurando la obra, pues el artista es libre de decidir lo que le sirve y libre de modificar lo que no le guste.

En la pintura de acción la línea tiene un papel principal, puede aparecer como un trazo, un signo, una maraña y todos son rastros de la emoción puesta por el creador. Siempre tendrá una fuerza descomunal ya que de esa línea sale toda la intención expresiva del artista, a veces como un golpe fulgurante del pincel, otras transparentando los movimientos reales del brazo o incluso del cuerpo del artista.

No pasa desapercibida la presencia masiva del negro en las obras de los artistas de este período. Su gran poder expresivo y su carga dramática, como reflejo del dolor de una época. Quien mejor lo consiguió y más explotó este tema fue Motherwell en su serie llamada 'Elegía a la República Española'. Su serie, de casi doscientas obras, es su forma particular de duelo ante las terribles consecuencias de la Guerra Civil Española. También es usado como un intento de escribir con la pintura, apareciendo grafismos y signos que recuerdan elementos caligráficos.

Técnicamente hubo aportaciones que favorecieron el gesto, como es el aumento de la escala de los lienzos, influencia de los muralistas mexicanos y de técnicas de los indígenas americanos (pinturas de arena). Este mayor tamaño de los lienzos grandes provoca un mayor impacto en el espectador y le introduce más fácilmente en su espacio. Las telas grandes apartaron al artista del trabajo de caballete, pues para ser dominadas necesitaban ser tratadas desde todos sus lados. Y su trabajo en horizontal permitió el estudio de nuevas formas de ejecución. Esto fue un hecho de gran repercusión pues varió la forma de pintar. Una fotografía de Pollock pintando físicamente sobre la tela supuso la ruptura de la frontalidad, característica, hasta entonces, inherente a la pintura. A partir de ahí, ningún artista quiso fotografiarse ante su caballete por miedo a que no se le considerase moderno. Todos ellos experimentaron esta novedad explotando ampliamente sus ventajas.

Pollock, que curiosamente delimita las dimensiones finales del lienzo después de haberlo pintado, pinta físicamente sobre la tela entrando en mayor comunión con ella y pudiendo pintar igualmente por todos sus lados como en muchos métodos primitivos. Pollock decía: "Cuando estoy dentro de mi pintura no soy consciente de lo que hago. Sólo después de un período de amoldamiento veo lo que he realizado. No tengo miedo a hacer cambios, destruir la imagen etc., porque la pintura tiene vida propia. Intento dejarla fluir. Sólo cuando pierdo el contacto con la pintura el resultado es confuso. De otro modo, hay pura armonía, un sencillo toma y daca y la pintura sale bien".

Pollock es un pintor muy subjetivo para el cual la realidad interior es la única realidad. Deja a un lado la razón y va depositando la pintura sobre la tela mediante impulsos inconscientes que dejan ver los movimientos físicos reales del artista. Con razón se la llama pintura de acción, pues la acción física del creador, ya no sólo de su mano y de su muñeca, sino de su brazo, de su hombro y de todo su cuerpo, estructura la obra. Pollock lleva al extremo la gestualidad con sus drippings creando un campo articulado de un extremo a otro por señales rítmicas donde lo esencial es el movimiento generado por su sentimiento en el acto creador. El proceso se convierte en el fin de su pintura.

El pintar en lienzos enormes también favoreció la utilización de todo tipo de utensilios extra-artísticos (grandes brochas, palos, cucharas, etc.) cuyos trazos, curiosamente, se aparecían como líneas.

Aparecen, también, nuevos tipos de pintura como el acrílico y el esmalte que, utilizados a veces como un recurso más barato, ofrecen nuevas posibilidades técnicas a experimentar.

Estas obras hay que observarlas pasivamente, como decía Pollock, sin buscar nada específico o reconocible. Ante ellas no hay que olvidar que el artista ya no sólo ofrece su visión personal sobre algo, también nos expresa su sentir profundo y existencial. Aunque, en algunos casos, los artistas se pueden servir de fuentes de inspiración como el paisaje, la literatura, la figura, la guerra o los recuerdos, las obras son abstracciones que materializan un proceso movido por la necesidad de plasmar las emociones internas que provoca el exterior. El gesto es la herramienta del sentimiento, el rastro de su intención. Así, la aplicación gestual es el lenguaje que mejor les sirve a su expresión, pues el gesto es puro sentimiento, y su fuerza es su franqueza.