lunes, 27 de abril de 2009

LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA I



















LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA.-

La mayor parte del s. XIX está llena de esculturas de carácter público conmemorativo, ejercicios grandilocuentes y académicos. Se suele hablar, con cierta exageración, de una escultura romántica, citándose a François RUDE (1784-1855) y a Jean Baptiste CARPEAUX (1827 -1875), en Francia, como exponentes de este movimiento.

Más que una nómina de escultores y una relación de los movimientos interesa aquí señalar a una serie de escultores básicos que abren puertas a la modernidad y/o liquidan ciertos aspectos de la tradición.
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Así, pues, es necesario empezar la modernidad con Augusto RODIN (1840-1917), puesto que presenta una serie de novedades que rompen con la tradición y marcan caminos a la escultura del s. XX. Entre estas novedades se pueden citar :

*Eliminación de la peana de la escultura (Los burgueses de Calais).
*Rompe con el convencionalismo del parecido entre la escultura y el modelo (Balzac).
*Representa la parte por el todo, ofreciendo figuras parciales, pero no inacabadas (El hombre que marcha)
*Sintetización de la masa y expresividad de la materia (Balzac, Los burgueses de Calais.)

Los intereses escultóricos de Rodin se puede resumir en:

· la representación del cuerpo humano,
· la búsqueda de infinitos puntos de vista o perfiles ( El beso : estereometría total),
· el comportamiento de la luz sobre la materia.

En la escultura de Rodin la forma parece surgir de lo informe, y ese aspecto de algo no terminado es un aliciente para el espectador que ha de completarlo, girando alrededor.

En el Balzac, la escultura no se presenta alojo como una transición de planos suave y sucesiva, sino que estos se sobreponen de manera violenta, en parte amorfos, como en proceso de formación. Aparece la figura como un potente monolito con apenas el rostro emergiendo, afirmando así la personalidad creadora del literato.

Aparte de las obras citadas de Rodin, se puede señalar también Las puertas del Infierno, unas puertas que iban a ser para un museo, y a las que el artistas dedicó largos años de trabajo, representando un gran programa a la manera renacentista.

Medardo ROSSO (1858-1928), italiano, es el otro escultor del s. XIX que junto a Rodin se consideran exponentes de la escultura impresionista, denominación discutible. Modelador como Rodin, utiliza el barro y la cera para crear figuras evanescentes, donde la luz y la sombra se contrastan, ligando el entorno atmosférico a la figura, pareciendo disolverse las formas. A diferencia de Rodin prefiere un sólo punto de vista único.

Precisamente, por ese interés tan especial que sienten, tanto Rosso como Rodin, por captar los efectos de la luz sobre las superficies de la materia es por lo que se les ha denominado "impresionistas", atribución que es harto discutible.

Bastantes pintores (impresionistas, postimpresionistas, fauvistas, cubistas,...) estuvieron interesados en la escultura (Renoir, Degas, Modigliani, Picasso,etc). Esto querría decir que las innovaciones de los movimientos pictóricos pretenden hacerse extensibles también a la escultura intentando crear un nuevo lenguaje plástico. Por eso se suele hablar de escultura impresionista, expresionista, cubista, expresionista, futurista, surrealista, etc. En esta apreciación puede haber algo de verdad. Ahora bien, estas denominaciones no hacen sino sugerir que la escultura sería una mimetización de la pintura y que la escultura no tendría un terreno autónomo, propiamente escultórico, de forma que la misma fugaz sucesión de los movimientos pictóricos llevaría pareja otra fugaz sucesión de las mismas características estéticas en la escultura. Y esto es difícil de aceptar.